Blog Marciano

EL MARCIANO QUE ME QUERÍA:

Todas nuestras parejas han tenido un apodo que en muchos casos sigue siendo un secreto entre ellos y nosotras. Existen los que te evocan el mundo animal como: ratoncito, gatita, monito….otros nos transportan a los huertos mejor cultivados como: calabacita, meloncito, pepinillo, almendrita. A pesar de adornar a nuestros marcianos con apodos cariñosos, en algún momento de nuestra relación nos hemos planteado como demonios aquel ser se había enamorado de nosotras. ¿Realmente era marciano?. Nos regocijamos en nuestros defectos físicos cada minuto del día, nos castigamos con nuestro pasado amoroso: ¿Cómo iba alguien en el mundo a enamorarse de un ser como yo?. En este mundo existen muy diferentes tipos de marcianos dispuestos a querernos tal y como somos sin necesidad de tener la naricilla de un gnomo o los enormes y preciosos ojos de un avestruz. Nos quieren y lo demuestran. Los marcianos cuando llegan desde el espacio interestelar están dispuestos a quedarse y a amarnos seamos como seamos.

Cuando las novias de mis Bodas me escriben, me hacen sentir como si su marciano fuera el ser más especial del mundo y así es, no hay 2 iguales. Ellos las quieren. ¿Recuerdas cómo le miras en ocasiones intentando recordar cómo te enamoraste de él?. Muchas veces ni a día de hoy sabes el motivo real por el que amas tanto a esta persona porque en la mayoría de los casos no podemos poner nombre a los sentimientos que nos atropellan y llegan para instalarse y no moverse del sitio. Ponerle nombre a los sentimientos es como querer domarlos, adiestrarlos para quedarnos más tranquilas y pensar que el amor se puede amaestrar y moldear a nuestro gusto.

Dejarse querer es parte de la vida y sin ello la vida no tiene ningún sentido. Los sentimientos nos llenan de sensaciones inmensas e indescriptibles que nos dan la felicidad más absoluta.

He amado y he sido amada por lo que ya puedo hablar de amor.